A orillas de un riachuelo
bajo un árbol frondoso
contemplaba nubes blancas
matizaba pensamientos.
Bajo un sauce llorón
esbozaba una sonrisa
entonaba una canción
y dulces notas de amor.
Al atardecer
instantes de pasión
burbujas de emociones
anhelos y suspiros.
Larga fue la espera
sólo quietud y silencio
la brisa soplaba ligera
los grillos cantaban inquietos.
Llegó vestida de blanco
bajo el candor de la luna
una corona de estrellas
y la sonrisa apagada.
Tendió sus brazos abiertos
pronunció palabras mudas
y envuelta en el misterio
se esfumó entre la niebla.
Una farola de luces
iluminó su figura
flotaba sobre aguas calmas
dulce ninfa del río.
Se fue cantando plegarias
entonando notas tristes
la dama vestida de negro
caminaba a su lado.