Los deseos se desarman con las primeras luces del alba
Colombia despierta entre los pensamientos de mi adolescencia
una madre se acurruca en el temblor de un dolor que está por venir
Yo me entibio aún en la calma de un nuevo día
se relaja el viento, la serenidad acaricia seis almas
en el último día de mis quince años
Entre las ansias y la violencia que queda
los sueños tienen el perfume de la paz,
las esperanzas el recuerdo más dulce de la compasión
mientras la vida se esconde afuera, lejos de mi habitación.
"Cuando me voy, guarda bien mis fotos, viejita mía".
Una caricia antes de partir... y el futuro,
a través de las palabras de una sensación.
Las razones crecen en el corazón,
en el cansancio de ir siempre hacia delante, de ir siempre más allá.
Son las 6 de la mañana en San José de Apartado,
mis mejillas rozan la almohada todavía tibia,
algo atraviesa la ventana, desarma lo que está por venir
y rueda por el piso destrozando mi infancia.
De repente, los ojos se abren, se buscan
en ese instante de locura retenida previo a la claridad,
antes de apagar la última luz de democracia
y antes aún de arrancarme aquello que me pertenece.
Entre las ruinas... mi derecho a la vida.