Si tù, suave pètalo de terciopelo
rozas mis labios cerrados
sueño la dulzura de sus besos.
Y cuando tu perfume prisionero
se abre en la mañana
no contengo mi lànguida melancolìa,
que busca otra vez
un vestigio de su voz.
Ho delicada y fràgil maravilla!
Cuàl dedo fantàstico
creò tal belleza?
Tù, agraciada silueta
que escondes tus espinas
a la mano desatenta
no hieras mi alma con sus recuerdos.
El, tal vèz mañana vuelva
contigo entre sus manos
a regalarme de nuevo una ilusiòn,
y quizàs yo decida de esperarlo.